viernes, 12 de septiembre de 2008

RAAN: SITUACION ACTUAL A UN AÑO DEL HURACAN FELIX.


HURACAN LOS TERMINO DE HUNDIR EN LA POBREZA.
BUROCRACIA DE GOBIERNO CENTRAL, REGIONAL Y MUNICIPAL ACENTUA MISERIA CAUSADA POR EL HURACAN FELIX.

¿Podría alguien estar en peores condiciones que ella? Adolfina Downs vivió en Sandy Bay hasta septiembre de 2007. Entonces tenía 49 años que parecían 69, siete hijos vivos y uno muerto con tres nietos paupérrimos y panzones que ahí deambulaban desnudos y taciturnos por las lombrices sin tratar. Su marido borracho la dejó con la prole para irse a vivir con otra más joven a los Cayos Miskitos, y la abandonó en una choza reducida, donde el único sustento eran varias gallinas ponedoras, un cerdo capado, y lo que pescaba cuando se hacía a la mar en una canoa vieja con un juego de redes. “Mala vida”, se quejaba ella.

Entonces llegó el jaque: Félix se presentó una mala mañana del 4 de septiembre de 2007 y le enseñó cruelmente que siempre es posible estar peor de lo que uno se imagina. De su ex marido Toribio Taylor nunca más supo nada. La choza que le dejó en Ninayari se la llevó el viento, y los mismos malos aires le exterminaron los animales domésticos y le extraviaron en los confines de las aguas turbulentas la canoa y los aperos de pesca. Adolfina abandonó sus ruinas unos días después del desastre. Se vino a Bilwi con cinco de sus hijos y con sus pocas pertenencias a casa de una hermana suya que habita en el barrio El Muelle. Sus dos hijas, adolescente una y adulta joven la otra, se quedaron en la comunidad tratando de rehacer sus vidas con sus parejas.

El día que contó su historia Adolfina estaba apostada en el portón de la casa de gobierno en Bilwi, buscando a alguien (que ella no sabía quién podía ser) que le ayudase a conseguir unas láminas de zinc para construir un cuarto extra en la casa donde ahora posa. Al final de la tarde ya no estaba apostada ahí, y no se sabrá si consiguió lo que buscaba, pero lo que se conoce es que así como ella, con el huracán mucha gente perdió lo poco que tenía, y, a la fecha, no ha recuperado nada.

Agravó la miseria.

Antes de que el fenómeno azotara la zona, ya la Región Autónoma de la Costa Atlántica (RAAN) era considerada como uno de los territorios más pobres del país, con un 92 por ciento de pobreza extrema en las comunidades rurales y un 43.7 de pobreza en la parte urbana. “Lo que el huracán Félix hizo fue agravar los niveles de miseria que aquí existían, y ahora ya no se sabe si lo que se está tratando de hacer es paliar los daños provocados por el huracán o aminorar la pobreza crónica de antes del desastre”, dice Lottie Cunningham. Muy crítica y locuaz, Cunningham es la directora del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan), una organización no gubernamental que elaboró un estudio de seguimiento a la reconstrucción y asistencia a las víctimas del huracán, cuyos resultados revelan que gran parte de la desgracia de septiembre, sigue estando intacta.Según el estudio “Impacto del Huracán Félix en la Región Autónoma del Atlántico Norte”, concluido en 2008 y elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), adscrito a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el impacto en la RAAN alcanzó un monto por daños de 13,395.02 millones de córdobas (equivalentes 716.31 a millones de dólares).

ONU: “Gobierno debe ayudar”.

“El monto de las pérdidas (30%) fue sufrido principalmente por la sociedad de la región: la población y las comunidades que se encuentran entre las de mayor pobreza y menor índice de desarrollo humano del país. Por ello representa una necesidad urgente del gobierno acudir en soporte de la recuperación de dichas pérdidas”, indicaba el estudio de las Naciones Unidas. La estructura del impacto del meteoro en la RAAN reflejó un gran daño sobre el medio ambiente (76.0% del total de daños y pérdidas). El huracán afectó gravemente 1 millón 600 mil hectáreas de bosques y selvas. Los sectores productivos (agricultura, ganadería, pesca y silvicultura) significaron el 8.8% del daño total, con pérdidas del 90 por ciento de cultivos agrícolas y hasta el 95 por ciento de la capacidad productiva y comercial de la pesca, mientras la destrucción a los sectores sociales significó el 11% de los montos calculados, concentrados en la destrucción de las viviendas y enseres domésticos.

“Se necesitaban 700 millones de dólares para dejar la RAAN como era antes del desastre, pero a la fecha, no sabemos cuánto se ha aportado. No hay mucha información oficial sobre las cifras, hay un secretismo y una centralización que ha afectado el proceso de reconstrucción”, denuncia Cunningham, basada en los resultados del Programa de Auditoría Social Implementado desde las Comunidades.

Secretismo y burocracia.

Según sus datos, el resumen de costos por la rehabilitación de la RAAN tras el impacto del huracán, requería cerca de 302 millones de dólares, de los cuales 158.4 millones se necesitaban para levantar la infraestructura social y las viviendas, y 67 millones para reactivar la actividad agropecuaria y pesquera. “No sabemos cuánto se ha hecho, el gobierno no da las cifras”, denuncia ella, y las cantidades sobre cuánto ha hecho el gobierno regional, el municipal y el central, varían. El organismo de la sociedad civil cree que no se ha cubierto el 30 por ciento de las necesidades básicas de la población. El gobierno regional, por medio del gobernador Reynaldo Francis, calcula que se han atendido las demandas de al menos el 40 por ciento de la población afectada, y la Alcaldía de Puerto Cabezas revela un porcentaje de atención al 60 por ciento de las comunidades y barrios del municipio.

Quejas por doquier.

¿Quién concilia las cifras? No será, por supuesto, Silverio Salazar, padre de seis hijos y dueño de una casucha a medio construir en Sisín, donde se nota de lejos, y muy cerca aún más, que muy poco se ha hecho después de que el huracán les cambió la vida. Martillo en mano, herramientas al alcance y serrucho cerca, reconstruye con ripios de madera y pedazos de zinc, lo que quedó de su vivienda. Salvo 20 láminas y 5 libras de clavos que le entregaron por parte del gobierno, no ha recibido nada más. “Comida, ropa, medicina y plásticos, todo eso, nos lo donaron los organismos”, dice Salazar, y señala alrededor, donde se advierte un inusual caserío de techos azules y grises, que son los toldos donados por agencias de cooperación y ONG que imprimen sus logos y sellos en las donaciones.
No es el único que se lamenta del escaso apoyo gubernamental. Los que fueran a visitar Krukira después del huracán, se darían cuenta que salvo el desorden que provocó el viento, desparramando ranchos y lanzando a las calles los techos, trastos y ropas que le daban un aspecto de desastre, la comunidad sigue siendo la misma: bella y paradisíaca, pero pobre y semiderruida, todavía con los árboles exponiendo sus raíces al cielo. Petronila Jean Torres, sentada sobre una hamaca y viendo palidecer el día sobre la laguna que bordea el caserío, arruga la cara cuando se le pregunta sobre el apoyo que han recibido: trajeron comida, medicina y ropa a los días del huracán, después zinc, y después nada, acusa.

El poco zinc que tiene, 16 láminas, dice que se las donó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. De las otras láminas metálicas que repartió el gobierno, no vio ni una sola hoja. “Se las repartieron a quienes ellos quisieron, a gente que no era de la comunidad, que ni siquiera estaba aquí cuando el huracán…, hicieron charanga con la ayuda”, se queja Torres, ahora respaldada por Sansón Larios, su vecino curioso que ahora participa en la entrevista para dar fe y testimonio del abandono oficial narrado por Petronila.

¿Dónde está la ayuda?

“Pregunté cuántas casas ha construido el gobierno, y rételos a que se las muestren, o que le digan dónde están”, plantea desafiante Debby Hodgson, Directora del Centro de Derechos Humanos, Ciudadanos y Autonómicos de la Costa Atlántica, para quien la ayuda oficial se ha dilapidado sin control y sin rigor en los vericuetos de la burocracia, y cuidado, en los de la corrupción. Tiene sus razones para dudar de la transparencia: mucha de la ayuda que llegó al puerto, aún con los sellos de los países donantes, apareció de venta en los mercados locales antes que llegase a su destino. El zinc que se supone serviría para abrigar a las familias que quedaron sin techo, una buena porción del metal, apareció a precios elevados en el mercado negro local.

Y los 22 mil perlines que donó Venezuela para reconstruir edificios y escuelas, se seguían pudriendo un año después en los predios de la Empresa Portuaria Nacional (EPN), hasta que una denuncia periodística de EL NUEVO DIARIO destapó la negligencia y el Gobierno Regional corrió a donarlos y a repararlos en agosto pasado, en medio de excusas, boleos y enojos de las autoridades encargadas. “No hay manera de tapar el sol con un dedo”, dice Lottie Cunningham, la directora del Cejudhcan. “Aquí el grueso de la reconstrucción y reactivación después del huracán, ha recaído en más de 34 organizaciones de la sociedad civil y agencias la cooperación internacional que se han echado al hombro las responsabilidades que deberían ser del gobierno”, denuncia. Y explica: “Desde un inicio pedimos al gobierno regional que nos indicara dónde podíamos ayudar, que nos guiara sobre el estado de las necesidades, pero ni ellos saben qué hacer, ni quieren hacerlo”.

Subordinación, coimas, trabas.

“En vez de coordinar con nosotros, quisieron subordinarnos, por eso a veces se cuenta con ellos y a veces no”, denuncia Cunningham, en contraposición a la versión de la alcaldesa Nancy Elizabeth Enríquez, que asegura la existencia de una estrecha cooperación entre el Gobierno Regional y las entidades públicas con las misiones de cooperación. “No hemos podido avanzar en más de un año en la construcción de un proyecto de viviendas populares aquí cerca de Puerto Cabezas, porque las autoridades municipales y ambientales nos han puesto muchas trabas, mucha burocracia”, denuncia el director de un proyecto humanitario internacional, que prefiere el anonimato para evitar posibles repercusiones al proyecto.
Y no es el único que se queja de trabas para reactivar la zona. Un empresario privado de la madera denunció que un ONG de orientación cristiana, con base en Rosita, le solicitó sus servicios para aserrar madera tumbada por el huracán, con el fin de levantar 80 casas en una comunidad indígena de Tasba Pri. Producto de los vientos se afectaron 1 millón 600 mil hectáreas de bosques y hay un total de 10.7 millones de metros cúbicos de maderas útiles comerciables, valorados en 185 millones de dólares por el Instituto Nacional Forestal en el estudio “Evaluación de Daños al Ecosistema Forestal Ocasionados por el Huracán Félix”, concluido este año y elaborado por el gobierno y varias agencias de cooperación.

“Aun así, con tantas necesidades, y con tantos recursos sin explotar, no nos han querido dar permisos de extracción, aun cuando se presentó un estudio que generará más de 200 empleos y beneficiará a más de 100 familias rurales. Nos han insinuado hasta coimas, nos han bloqueado gestiones, no nos dejan hacer nada”, se queja el empresario con ese tono de incredulidad, propio de quien no entiende por qué ocurren esas cosas en medio de una desgracia que tantas lágrimas y dolor causó a una población pobrísima.

José Adán Silva - Tercera Entrega.
El Nuevo Diario – 12/09/08.

jueves, 11 de septiembre de 2008

RAAS: TRAGEDIA ENTRE PAIWAS Y LA CRUZ DE RIO GRANDE.

Seis de una misma familia y hay seis desaparecidos.
Ocho muertos en naufragio en Río de Matagalpa


Según sobreviviente, el motorista no conocía bien la vía acuática, y para colmo sobrecargó la precaria embarcación. Estremecedoras escenas en muelle de San Pedro del Norte, cuando familias esperaban los cadáveres


EDUARDO MONTENEGRO / CORTESÍA.- Doña Alejandra llora amargamente al conocer que sus hijos, esposo, nueras y nietas, murieron al darse vuelta el bote en que viajaban sobre el río Grande de Matagalpa.

SAN PEDRO DEL NORTE, PAIWAS. Ayer miércoles continuaban apareciendo cadáveres en el río Grande de Matagalpa, después que el lunes un bote se diera vuelta al chocar contra una piedra en el sector conocido como Tumarín, en el salto de Olia Olia.Las escenas dramáticas se multiplicaron cuando madres, hermanos, padres, tíos y otros allegados, veían llegar los cuerpos de sus familiares al pequeño muelle de San Pedro del Norte, por lo que muchos lamentaban esta tragedia que ha dejado dolor y luto en los hogares, tanto del municipio de Paiwas como de la Cruz de Río Grande.Una de las familias más afectadas con seis muertos, es la Miranda García, de la comarca El Macho, municipio de la Cruz de Río Grande, quienes viajaban desde Río Blanco, de donde habían salido a visitar a otros familiares y regresaban a sus hogares cuando se dio la tragedia.Doña Alejandra Miranda, con el rostro bañado en lágrimas y sin poder ocultar el dolor que la embargaba por la muerte de sus seres queridos, dijo que había perdido a su marido, a su hijo, a dos nueras y a dos nietas, todo por la irresponsabilidad del motorista, de quien se asegura no conocía bien el río, y que por eso fue a colisionar contra las piedras.

Bote iba vacío y lo fue llenando“Cuando nosotros llegamos a San Pedro, nos dijo una señora que nos fuéramos en ese bote porque iba vacío, por lo que le preguntamos al motorista que si no iba muy lleno y nos dijo que no, por lo que nos montamos toda la familia; pero de pronto llegó más gente y el bote se llenó, por lo que mi hijo le dijo al motorista que por qué le había dicho que iba vacío”, aseguró la señora.Aseguró que cuando iban río abajo, el motorista iba por lugares que no se pueden pasar en el verano. “Iba sin control, por lo que mi hijo le preguntó por qué se iba por esos lugares si no se podía pasar por las piedras o era que no conocía el río; en eso estaban cuando el bote chocó con la piedra y todos caímos al agua, ya no volví a ver a mis hijos ni a mi nueras ni a mis nietas” aseguró doña Alejandra, quien salvó su vida de milagro.

Se salvó de milagro“Tres veces me hundí en el río, la primera vez que salí vi unas bolsas, pero me volví a hundir, a la tercera vez logré aferrarme a la bolsa y a unas maletas, lo que me permitió salir a la orilla y salvar la vida, pero ya no pude ver a mi esposo ni al resto de familiares”, aseguró la afligida señora, quien se preparaba para enterrar a sus seres queridos.Al igual que doña Alejandra se expresaron otros ciudadanos, que se preguntaron cómo es posible que dejen manejar botes a personas que no saben ni conocen el río, por lo que esperan que esta tragedia no quede sin castigo.Hasta ayer se contabilizaban ocho muertos: Migdalia Miranda García, Maricela Marín Pérez, Elda García Soza, Gregoria Masís Miranda, Erlinda Loáisiga García, Oneyda Masís Miranda y dos niños, entre ellos uno de seis meses. Sólo hubo tres sobrevivientes, por lo que se asegura que puede haber más muertos, ya que se conoce que en el bote iban 14 personas.Se supo que el motorista, de nombre Gerardo Antonio Duarte Castellón, fue detenido por la Policía Nacional y enviado a Bluefields para mientras finalizan las investigaciones. Mientras, el alcalde de Paiwas, Carmelo Escoto, decretó tres días de duelo por las víctimas de este naufragio.

BLUEFIELDS: DE NUEVO LAS CONCESIONES PETROLERAS.

“Mucho antes de meridiano 82”, aclara experto en END.
Exploraciones petroleras en plena soberanía nica (Nery García).
Las dos concesiones que el gobierno de Nicaragua le otorgó a la compañía estadounidense MKJ Exploraciones Internacionales S.A., para la exploración y explotación de petróleo y gas natural en el Mar Caribe, están ubicadas en aguas totalmente nicaragüenses, aseguró ayer David Nock, experto de la industria petrolera que integra el equipo de Noble Energy, aliado del consorcio MKJ.En una visita de cortesía que Nock hizo a EL NUEVO DIARIO ayer por la tarde, explicó que la concesión que cubre los bancos Tyra e Isabel, con una extensión de 400 mil hectáreas (4 mil kilómetros cuadrados) cada una, está situada frente a la costa nicaragüense y es parte de la soberanía del país, incluso antes del meridiano 82.Nock también mencionó que para llevar a cabo el proyecto de exploración y explotación petrolera y de gas natural, requerirán de por lo menos 530 millones de dólares, pues en una primera fase de exploración requerirán de entre cinco y 10 millones de dólares de inversión, si se toma en cuenta que el costo aproximado de exploración sísmica por día es de 250 mil dólares.En una segunda fase de perforación se necesitan de 25 y 50 millones adicionales, y de encontrarse hidrocarburos suficientes, se procedería a la fase de producción, en donde se necesitaría invertir de 200 a 500 millones de dólares.

Ortega tiene especial interés en proyectoEl también experto en temas geofísicos y geológicos, reveló que luego de la firma de los dos contratos de concesión entre los representantes de MKJ y altos funcionarios del gobierno, el ocho de abril pasado, el presidente Daniel Ortega ha sostenido al menos cuatro reuniones privadas para tratar los avances sobre el tema de la exploración y explotación petrolera, pues el mandatario ha demostrado interés en el desarrollo de ese proyecto en el menor tiempo posible.En ese sentido, señaló que de encontrarse suficiente petróleo y gas natural, los términos de los contratos de concesión y la ley nicaragüense, establecen que se priorizará la demanda nacional, por lo que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) tiene el derecho de pedir a los productores que cubran la demanda del país, previo a la demanda internacional, para luego poder vender el remanente de la producción.Hay que recordar que el contrato contempla seis años para el período inicial de exploración y 30 años para la producción de hidrocarburos, en caso de confirmarse su existencia. Pero si la existencia del recurso sobrepasa los 30 años de extracción de petróleo y gas natural, la empresa entregaría toda la infraestructura al gobierno, lo que significa que el Estado de Nicaragua se convertiría en el dueño de todo el proyecto.De acuerdo con los contratos de concesión, MKJ destinaría un 48% de sus ganancias al Estado nicaragüense, según las exigencias estipuladas en Ley de Exploración y Explotación de Hidrocarburos (Ley 286), de las cuales un 15 por ciento de las utilidades se reservarían en concepto de regalías para el gobierno central y las autoridades de las regiones autónomas, y un tres por ciento sería destinado a proyectos en las comunidades de la RAAN y RAAS.

PUERTO CABEZAS: S.O.S. PARA SOLIDARIZARNOS CON NIETO DE NORMA.


Clamor por niño.
LA PRENSA/J. UBIETA.

Más que un cuarto para realizarle diálisis a su nieto, doña Norma Wilson Angus busca los recursos para operar a Álvaro José Padilla Wilson, quien padece de insuficiencia renal crónica, según el dictamen médico que dieron los especialistas del Hospital La Mascota hace unos meses. El menor vive en Bilwi, donde es difícil tratar su enfermedad. La familia de Wilson busca apoyo.
Norma es una ex-alumna del Bartolomé Colón que ahora tiene un nieto, el niñito que sale en la foto, quien se encuentra en un estado deplorable de salud, por tener ese problema de deficiencia renal. La solidaridad la hacemos extensiva, no solo a los costeños que vivimos en Managua, sino también a aquellos que viven en el extranjero, sobretodo a mis amigos profesores del Colón de Puerto Cabezas, como a aquellos porteños que quieran sensibilizarse y apoyar al nieto de esta noble y joven abuela.
¡¡ Adelante porteños y costeños en general...Norma y su nieto nos necesitan!!

SIUNA CITY: UN RECUENTO DE LA VIDA ECONOMICA Y SOCIAL DEL MUNICIPIO.



SIUNA CITY:
INFORMACION FRESCA SOBRE ASPECTOS ECONOMICOS Y SOCIALES.

Colaboradores:
Br. Juan Martín Centeno López y Enrique Guido Salgado.

APRECIACIONES SOBRE NUESTROS BARRIOS.

En un viaje reciente realizado al Municipio de Siuna los días 3 al 7 de Junio pasado, tuve la oportunidad de platicar con dos ciudadanos siuneños: Juan Martín Centeno López (43 años) y Enrique Guido Salgado (53 años), quienes muy amablemente estuvieron poniéndome al día con alguna información básica de Siuna y sus alrededores. Cabe mencionar que, la localidad ha cambiado totalmente en comparación al Siuna que conocimos en los años 60s, 70s y 80s, más que todo por la inevitable aculturización a que ha estado sometido todo el territorio debido a las constantes migraciones de poblaciones campesinas originarias de Matagalpa, Río Blanco, Mulukukú y Managua.

Esta transformación se puede ver en toda la infraestructura que fue sustituida por otra con rasgos diferentes a las culturas caribeñas que tenían nuestros barrios como Jamaica Town (Yumeca), Mosquita Town (Mosquitown) y la misma zona urbana en donde antes habitaron los canadienses y norteamericanos que trabajaron en La Luz Mining Company Limited. Todo ese sabor costeño-caribeño y anglosajón que tenía toda esa infraestructura (viviendas y calles), ahora se encuentra con las características mismas de cualquier barrio o mercado de Boaco, Chontales o del mismo Matagalpa; todas las construcciones se han hecho un solo “molote” en un área que va desde donde fue la Agencia Lanica-Aeropuerto hasta donde fue el “Hospital Carlos Centeno” (dicho sea de paso, este hospital ahora está en ruinas y actualmente se encuentra ocupado improvisadamente para albergar algunas familias pobres que han llegado de otros lugares fuera del municipio. Para el colmo de todos los males, recientemente, hace unas dos o tres semanas, se incendió el famoso Canta Gallo Club y el edificio en donde se hospedaron en otros tiempos los extranjeros solteros que vinieron a trabajar a la compañía minera antes mencionada. Hoy por hoy, desde lejos ya no se puede apreciar el Barrio Yumeca (Jamaica Town), tampoco el barrio (La Zona) en donde vivían los gerentes y jefes extranjeros de la empresa minera.

No pude visitar todo el barrio de La Luz, ni La Salida, Mosquitown, Yumeca (Jamaica Town) y el barrio de Siuna, pero he podido notar en mis últimos viajes que el Barrio La Luz y La Salida ahora son como “pueblos fantasmas”, sin vida nocturna, sin negocios o tiendas; de tal manera que, desde las seis de la tarde lo que el ciudadano siuneño puede apreciar es una total obscurana; es como que estos barrios hubiesen muerto desde hace mucho tiempo. Pero…le he preguntado a mis amigos: ¿y donde está ese espíritu emprendedor y alegre del siuneño de La Luz y La Salida? ¿porqué los que viven en esa calle que antes fue el emporio del comercio siuneño no usan un poco de creatividad y motivación para volver a levantar la vida comercial en esos barrios? ¿porqué las autoridades municipales no se han fijado que tienen una especie de “barrios cadáveres” en el casco urbano de su municipio? ¿porqué no se anima a la población a desarrollar micro y medianos negocios en esos barrios? No!!, no es posible que La Luz y La Salida, incluyendo Yumeca y Mosquitown (Jamaica Town y Mosquita Town) se conviertan en los únicos barrios del país en donde no existen pulperías, restaurantes y otros tipos de negocios y servicios. La gente de estos barrios históricos tiene que quitarse esa mentalidad de resignación; tiene que motivarse a sí misma y empezar a hacer todo lo posible por que dichos lugares vuelvan a tener vida económica, comercial y social. Todo estos barrios pueden por sí solos volver a generar empleo e ingresos para sus familias, todo es buscarle sentido a la vida y sondear un poco las oportunidades de financiamiento que puedan ofrecer algunas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

LA ECONOMIA DE SIUNA: PRINCIPALES ACTIVIDADES PRODUCTIVAS.

Al igual que cuando fuimos chavalos, Siuna sigue siendo una zona eminentemente agrícola y ganadera, sin obviar la importancia que aún tiene la minería, pues existe una nueva compañía que ha adquirido una concesión minera que realiza estudios en terrenos que aseguran tener considerables yacimientos auríferos.

Para contrarrestar el avance de la frontera agrícola y los efectos ambientales por causa de la destrucción de los bosques, algunos organismos no gubernamentales (ONGs) están trabajando en la reforestación de algunas zonas del municipio; por ejemplo, Ulí es una de las comunidades beneficiadas, con el fin de mejorar y mantener parte del pulmón natural en lo correspondiente a la Reserva Natural de Bosawas. Es bueno mencionar que la comunidad indígenas mayangna de Sikilta (antes Palomar) también sigue contribuyendo en la conservación del medio ambiente, igual a como lo han venido haciendo sus ancestros. Por otra parte, se ha dado una importancia relevante al cultivo del “Cacao Nica 40”, que ayuda en gran forma a restaurar la ecología, lo que está siendo apoyado por un organismo conocido como Oxfam-Gran Bretaña.

Producción agrícola y ganadera.

Según Juan y Enrique, la producción agrícola sigue siendo la siguiente: maíz, frijoles, arroz para el autoconsumo y la exportación al Pacífico y Norte del país, yuca, quequisque, bananos para el consumo local. La producción ganadera sigue siendo fuerte, principalmente en el abastecimiento de carne, queso y leche.

Producción aurífera.

En cuanto a la producción aurífera (oro), la técnica de extracción es artesanal y es practicada por colectivos de güiriseros y otras personas (unos 203 güiriseros) que aplican técnicas diferentes, unas más avanzadas que otras. Por ejemplo, en el antiguo Cerro Potosí (mina) están ubicados los colectivos de los que hablamos, arriba y abajo con mejor maquinaria, y los independientes (unas 102 personas) que buscan el oro en ríos y cañadas. También, se saca arena piedrín como subproducto de la actividad minera, que contribuye a apoyar el sustento de una gran cantidad de gente desempleadas.

El comercio y el sector financiero.

El comercio local está altamente desarrollado debido al incremento y crecimiento de la población que da paso a una alta demanda de productos y servicios. Ha contribuido también la creación de sucursales importantes de empresas provenientes de la capital Managua, tales como “Gallo más Gallo”, “Tropigas o Tropikong”, “Cruz Lorena, S. A.”, “Pepsi Cola”, “Petronic”, entro otros más. En cuanto al sector financiero, se cuenta con instituciones como “Caruna, RL”, “Findesa”; más la presencia de algunas microfinancieras como “Inpyme” y “Fondemu”. Asimismo, el INTA desde hace años ha venido contribuyendo en el fomento y desarrollo del agro.

En las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo XX pasado, el comercio local estuvo en manos de las colonias chinas. Sus actividades se aglomeraban y desarrollaban principalmente en la calle principal del comercio de La Luz, que iniciaba desde El Comisariato de la compañía minera (La Luz Mining Company Limited) hasta el Barrio La Salida. Los chinos de entonces se convirtieron en millonarios hasta 1979 que se marcharon por temor a la revolución sandinista. Ahora, el comercio local se ubica principalmente en el mercado municipal de Siuna, el que está ubicado propiamente frente donde fue “El Plantel” y “La Química” de la compañía minera canadiense. Este nuevo sitio del comercio local se ha desarrollado debido a la alta actividad comercial que allí se ha originado, con una accesibilidad vehicular normal y con una reciente Terminal de buses construida donde antes fue la “Main Office” y la “Engineering Office” de los canadienses. En el mercado municipal se puede comprar todo lo necesario para el hogar: alimentos, electrodomésticos, utensilios y artículos de primera necesidad; además, existen otros servicios que el pueblo requiere: barberías, salones de belleza, comedores y cafetines.

Si en décadas anteriores el capital comercial estuvo concentrado en manos de los comerciantes chinos, incluyendo algunos pocos siuneños, ahora ese capital está en manos de la gente del municipio, aunque ahora los millonarios son pocos.

VIEJOS MINEROS QUE ESTAN “VIVITOS Y COLEANDO”.

Con la ayuda de Juan Martín y Enrique pude darme cuenta que aún tenemos algunos veteranos que conocimos desde nuestra niñez y que por dicha de Dios todavía están vivos. Nos referimos en su mayoría a aquellos que tienen más o menos la misma edad de nuestros padres y madres, o sea, nuestras viejas generaciones que vieron de alguna manera nacer el Municipio de Siuna.

En realidad pensaba que eran poquísimos los sobrevivientes mineros de los años 60s y 70s, pero estos dos amigos han podido convencerme que Siuna tiene todavía gente que seguramente conocieron a nuestros abuelos. No incluimos en este escrito a nuestras generaciones que andan entre los 40 y 55 años, eso lo dejamos a nuestros hijos para que ellos tengan la oportunidad de recordarnos algún día. De esta manera, Juan y Enrique me expresaron que aún viven los siguientes ciudadanos siuneños:

En La Luz:

Don Efraín Palacios Chavarría, que llegó a Siuna a finales de los años 60 del siglo XX.
Don Manuel Rosales, el incorregible “Chatí”, que tanto se entregó desde su juventud por el béisbol y por su trabajo como carpintero de la compañía minera.

En Yumeca (Jamaica Town):

Emmanuel Moody (Maní), que fue uno de los grandes peloteros más completos de Siuna, sobresaliendo en aquellos tiempos con el famoso “Los Rayos”. Maní trabajó en el Machine Shop de la compañía minera.
Benjamín StClair, el famoso Benyí, que trabajó en al Planta Diesel de la empresa minera al lado de Mr. Sam Henry que vivía al lado del famoso “ceibón” de los barracones ubicados cerca de la Iglesia de Fátima.
Víctor Zeledón (Mamita), que también trabajó en el Machina Shop, se convirtió en un experto fabricador de anillos de acero en aquellos tiempos, aunque su hobby principal era la música y su pequeño conjunto de dos guitarras, una batería improvisada y un amplificador pequeño.
Allí anda todavía Mr. Alvan Ullith, uno de los más veteranos con que cuenta actualmente Siuna respecto a los viejos trabajadores de la compañía minera.
Erling Cayasso Steven no se queda atrás, casi de la misma edad de Mr Alvan, allí sigue siendo uno de los grandes personajes más queridos. Mr. Cayasso hizo fórmula con el famoso “Pepe” de El Comisariato de la compañía, pues ambos atendían la carnicería y la planta productora de hielo.
Aunque no se dedicó a trabajar como minero, tenemos a Beto Jaime, hijo de Don Cristóbal Jaime que fue uno de los grandes pozeros de la compañía, e hijo de Doña Ramona Centeno. Beto Jaime se ha desempeñado últimamente como político y tiene un negocio pequeño en su casa, además de su tradicional finca con sus vaquitas.
Otros viejos trabajadores que viven aún en Yumeca son: Indianita Bermúdez, Nubia Gatica, y Anzelo Martin (padre) que fue uno de los principales músicos del Conjunto Tipy.

En Mosquita Town (Mosquitown):

Todavía se encuentra llena de mucha salud Doña Mercedes Gatica, esposa de Don Ernesto Salazar – q.e.p.d.; se dedica al comercio.
Allí vive también Felipe Colindres, el choferazo de El Comisariato de la compañía de aquellos tiempos.

La Salida:

Allí sigue dando guerra con sus fotografías Don Cayetano Suazo, viejo trabajador de la mina y a la vez fotógrafo del pueblo.
En La Salida aún viven otros antiguos mineros como Don Diego Alfaro, Don Carmelo Pérez, Doña Graciela Pérez, Doña Dionisia Cismado (esposa de Fausto Pérez-q.e.p.d.), y el famoso barbero Chico Flaco.

En Siuna:

Tenemos en vida todavía a Doña Albertina Carrillo Vda. De Vigil, esposa del gran Vigilón (Emilio Vigil) que fue uno de los grandes choferazos de esas carreteras entre Siuna, Rosita y Bonanza. Doña Albertina se encuentra muy enferma y vive de su jubilación como maestra que fue de generaciones con las Monjas del Maryknoll y con las Monjas del Divino Pastor.
También está vivito Don Federico Cucalón, aunque ya no es el enamorado de aquellos grandes tiempos, pues la vejez se la ganó. Ya que estamos en Siuna, no crean que Mélida (Menú) ha fallecido, ahí sigue dando guerra en un restaurantito del barrio de Siuna, cerca de donde fue el famoso “Capri”.
Por allí tenemos a Don Domingo Loáisiga, esposo de Doña Chavela Guido y padre de Domingo (Casiano - qepd) y de la Salvadora Guido, q.e.p.d. Tanto Don Federico como Don Domingo, fueron de los primeros pozeros que tuvo la compañía allá a finales de los años cuarenta.

Otros personajes veteranos de Siuna que aún viven son:

José Hernández (Pichirilo), quien trabajó como topógrafo en el Departamento de Ingeniería de la compañía.
Don Hernán Soza, famoso por ser considerado en nuestros tiempos el mejor montador de toros bravos.
Gregorio Hislop, que ayuda a su hermano a mantener el Hotel Costeño después de la muerte de su mamá.
Tenemos vivos a Kasim Chow y Doña Esperanza Borge en La Luz, ambos haciéndose cargo de lo poco que pudo dejar el Chino Jackson en los años setenta.
Doña Dora Jaime y Pedrito Rugama que los acabamos de mencionar, todavía están vivos y viven actualmente en La Luz.
Tenemos vivo al maestro de generaciones de carpinteros, Don Balbino Duarte, que vive en las famosas gradas hacia Mosquitown.
En Siuna anda siempre con mucha fortaleza Doña Cristina Viuda de Gaitán (La Cristinona), experta en ventas del “dukís”.
En Siuna podemos ver a Doña Clementita Castellón Gutiérrez, a quien recordamos por sus sabrosísimos vigorones y reposterías. Actualmente es Presidenta de la celebración de Nuestro Señor de Esquipulas.
También en Siuna se encuentra vivo el Padre Lucío López, aunque el ejercicio de su sacerdocio lo hace mantenerse más tiempo en Rosita.
En La Arenera, todavía podemos ver caminando a Don Victorino Ruiz Quintanilla, uno de los más antiguos pozeros y jefes de cuadrillas de trabajadores de la mina.

Otros grandes siuneños que hicieron de todo por el bienestar de Siuna y que también es bueno mencionarlos, sobretodo porque aún viven, son:

La esposa de Don Chico Quino, Don Marcos Ramírez (Marquito – Papá de los “tizones”), Francisco Mayorga (Pancho Mico), Gustavo Martínez (antiguo trabajador de Lanica, Aeronica y ahora de La Costeña), Don Rosario Ortiz (Chayo – compañero de fórmula de Gustavo Martínez en La Nica y Aeronica).
Rufino Chow (antiguo comerciante de Alamikamba y ex- Alcalde de Siuna, Hernán Olivas (antiguo minero y actualmente es un pulpero), Mike Hodgson (antiguo trabajador del M & S “Emenes”), Antonio Hodgson (electricista oficial de la compañía minera y gran jugador de “Los Rayos”, casi se mantiene siempre en Managua).

Francisco Ríos Palacios (mecánico automotriz de la compañía minera y short stop oficial de Los Rayos), Gumersindo Larios (Chindo Lario-Campesino y uno de los principales productores de Siuna), Juan Blanco (ex-minero y está jubilado), Alejandro Poveda (electricista oficial de la compañía minera, ayudante de Antonio Hodgson, amante del béisbol local), Enemesio Raúdez (activista deportivo).
Estolano Aguilar (viejo trabajador de la compañía minera y actualmente productor y comerciante), Doña Elvira Dans (una de las más veteranas matronas de Siuna, ex–esposa de Don Balbino Duarte), Daniel Meléndez (antiguo trabajador del “Emenes”), Luz Alba Bermúdez (antigua trabajadora de la “Main Office” y esposa de Daniel Meléndez).

Cabe mencionar que estos datos fueron sacados rápidamente de las memorias de Enrique Guido y Juan Martín Centeno, y es casi seguro que hubieron nombres de personas veteranas que aún viven y no se les mencionó por olvido. Nos referimos a personas veteranas de la compañía y del pueblo mismo, mujeres y hombres que fueron nuestros padres y nuestras madres, otros amigos y amigas, y otros simplemente conocidos por su trabajo o lugar que ocupó en aquellos tiempos dentro de la sociedad siuneña.

Personas que han fallecido en el año 2008 (Dios los tenga en su Santo Reino).

En Mayo falleció el Dr. Antonio Aranda (La Salid) y el carpintero de mil batallas Don Carmelo Canales (La Arenera).
En Enero ya había fallecido uno de nuestras generaciones, el Lic. Hilario Villarreina Villagra (La Arenera).
En Abril falleció uno de los primeros mineros de Siuna, Don Andrés Talavera (La Luz).
En La Luz falleció Rito Rugama Jaime, que se desempeñaba como comerciante y era hijo de Doña Dora Jaime y Pedrito Rugama (a propósitos estos dos veteranos aún se encuentran vivos).
En Yumeca falleció en Febrero Doña Panchita Solano; mientras que en Siuna se nos fue el famosísimo y gran humorista, Don Horacio Pinell (Rico-Rico), quien fue hijo del primer alcalde que tuvo Siuna, Don Remigio Pinell (Culillo). Además, más recientemente en Siuna, se nos murió Domingo Mayorga, hermano de Pancho Mico (Fco. Mayorga).
Los siuneños que más recientemente fallecieron (Junio y Julio) fueron: Tachito Navarrete Centeno, Paul Matanovich y nuestro popular “Papa Chesta”. Según me contaron recientemente, Salvadora Guido ya falleció y, si eso es cierto, de seguro fue en Managua y es lamentable no habernos dado cuenta, pues aquí la colonia siuneña es bastante grande.

Bueno…de esta manera he cumplido con ponerlos al día o al menos confirmarle talvez lo que ya muchos manejan sobre las actividades de Siuna. Debemos sentirnos orgullosos de que sus recursos naturales y la producción siguen siendo los mismos, sin embargo, tendremos que añorar con mucha tristeza el Siuna de Antes, pues el de ahora es sumamente diferente: gente de otros lados, barrios transformados al estilo del Pacífico y sin el sabor costeño-caribeño, no existe ya un club social, los creoles o criollos se han ido, casi no hay miskitus, y del comercio chino y sus restaurantes solamente quedan los recuerdos, ya no es posible saborear la comida china en Siuna. Ojalá la gente y los nuevos inversionistas hagan renacer todas cosas buenas y lindas que tuvimos en los años 50s, 60s y 70s.

Atentamente,
Alfonso A. Navarrete Centeno.

Colaboradores:
Juan Martín Centeno López.
Enrique Guido Salgado
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