miércoles, 13 de agosto de 2008

TRIANGULO MINERO DE LA RAAN: ¿RETROCESO HISTORICO?

LA HISTORIA TRISTE DE LAS ZONAS MINERAS.
Artículo de Urías W. Ramos – Managua.

Quienes me han brindado el honor de leer mis artículos en este importantísimo medio de comunicación como es El Nuevo Diario, habrán notado que la mayoría de mis artículos corresponden a la Costa Atlántica de Nicaragua, esto responde a un compromiso muy personal de resaltar la historia regional, un poco para exaltar lo que nosotros denominamos la historia en migaja, también conocida como la historia chiquita.

Habrán notado un determinismo local y quizás muchos incurran en cuestionar el por qué enfatizo esas vivencias de la Costa Atlántica y que asumo la mayoría no logran comprender; me refiero a los pobladores del centro pacífico de Nicaragua. Resalto este comentario por que, en las mentalidades colectivas están marcados los códigos de la no acepción de vivencias, acontecimientos, historia de todo lo correspondiente a la historia de la Costa Atlántica.

Como profesor me ha tocado enfrentarme a un mundo de conceptos muy equivocados sobre las vivencias de las comunidades y pueblos de la Costa Atlántica, he observado que existe un desconocimiento total de la historia del otro lado, este mismo concepto es compartido por los actores políticos, marcados por un ausentismo total de elementos históricos que los han llevado a continuar cometiendo los errores del pasado, desconociendo las voluntades de la diversidad y pluriculturalidad existentes en la Costa Atlántica, imponen medidas gubernamentales que cercenan, violan, segregan la vida particularista y natural de las comunidades indígenas.

Promueven medidas que violentan los derechos colectivos y brindan respuesta violentas contra la violencia en virtud de crear alternativas viables que correspondan al modo y a la vida local.

Me permito hacer estas reflexiones por que las poblaciones de las tres minas esperaban acciones concretas que contribuyeran a paliar las crisis socio económica de una región que vio y ve como se han venido arrasando y extrayendo los únicos recursos que poseen y que de los mismos no derivan tributos para mejorar las condiciones de vida de la región.
No son respuestas violentas contra la violencia en ambos casos las dos formas son repudiables y condenables para no confundir los términos ni que andemos acusando sin base alguna.

El problema del triángulo minero se le suman otros factores, los mismos son el reflejo de la paupérrima pobreza, es el abandono total de la región a pesar de que fueron una de las zonas más ricas de Nicaragua pero que hubo un vivo gobernante y unas empresas extranjeras que arrasaron con miles de kilos del metal brillante y que marcaron inmensas diferencias sociales exterminando las esperanzas de vidas de las poblaciones de Bonanza, Siuna y Rosita.

Señores: los descontentos locales son parte de un conjunto de problemas sociales, las respuestas no deben ser imperativa ni el autoritarismo, ni la militarización de la región, ni la persecución tampoco la utilización de elementos de distracción para obviar los verdaderos problemas nacionales y locales que en estos momentos no los menciono por que forman parte de la noticia del día, pero que sí me interesa hacer ver que cualquier solución en las minas debe ser sobre la base de los problemas realmente puntuales y no sobre soluciones políticas.

Los costeños en nombre de la democracia hemos sufridos innumerables intervenciones económicas, políticas, sociales cuyo protagonismo se debe al Zelayismo (1893) hasta hoy ese ha sido el modelo a seguir, creo y confío que ya hemos dado mucho para seguir recibiendo nada del Gobierno Central, espero que con esto no me acusen de separatista.

* Sumubila - Puerto Cabezas.

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